La ciencia explica la pasta: por qué la amamos y nos hace felices
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La ciencia explica la pasta: por qué la amamos y nos hace felices

Alimentación y salud – La textura de la pasta genera felicidad

Nuestra preferencia por la pasta tiene raíces profundas, tanto desde un punto de vista sensorial como nutricional. Su sabor naturalmente dulce y su textura —que pasa de elástica a cremosa durante la masticación— satisfacen nuestra inclinación natural hacia los sabores suaves y las texturas blandas. Estas características activan respuestas de placer en el cerebro, fomentando el consumo habitual de pasta. Además, su combinación con diversas salsas puede facilitar la aceptación de sabores más complejos, como el amargor de las verduras, convirtiéndola en un vehículo ideal para una dieta equilibrada.

Beneficios inesperados – Mejor que tu canción favorita

Alimentación y salud van de la mano, ya que más allá de lo sensorial, la pasta también contribuye a nuestro bienestar psicológico. Un estudio del “Behavior & Brain Lab” de la Universidad IULM demostró que el consumo de pasta genera emociones positivas comparables, e incluso superiores, a las que sentimos al escuchar nuestra canción favorita o al vivir un evento deportivo emocionante. Este efecto se debe a la activación de recuerdos y emociones positivas asociadas con momentos de felicidad y convivencia.

Pasta y serotonina – Una combinación ganadora para el buen humor

Desde un punto de vista nutricional, la pasta es una fuente de carbohidratos complejos que aportan energía al cerebro y favorecen la liberación de serotonina, el neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo. Esto explica por qué el consumo de pasta se asocia frecuentemente con sensaciones de alegría y satisfacción. Además, la pasta se considera un “comfort food”, capaz de evocar recuerdos felices relacionados con la infancia y la familia, reforzando así nuestro vínculo emocional con este alimento tan querido.