Pasta alla Gricia: Tradición en la mesa
La pasta alla Gricia es un equilibrio perfecto entre sabor y cremosidad, un plato apreciado tanto por los locales como por los turistas que representa la tradición culinaria del Lacio, junto con la clásica carbonara y la igualmente popular amatriciana. Preparar pasta alla Gricia es saborear un pedazo de historia culinaria italiana, donde la simplicidad de los ingredientes se convierte en una verdadera excelencia gastronómica.
Historia y debate sobre el origen de la pasta alla Gricia
El estrecho vínculo entre la pasta alla Gricia y la amatriciana es evidente al examinar su historia, siendo la primera considerada como “la antecesora” de la segunda. Ambos platos tienen su origen en Amatrice, un pueblo de la provincia de Rieti, en la frontera entre el Lacio y los Abruzos. Lo que los diferencia es el uso del tomate, que no está presente en la Gricia, ya que no había sido importado a Europa en el momento en que se preparó por primera vez. Entre las varias hipótesis sobre el origen del nombre, algunas sugieren un vínculo con el “gricio”, término que se usaba para designar a los panaderos de Roma, o con el pueblo de Grisciano, cerca de Amatrice, donde se celebra una famosa fiesta dedicada a este plato cada 18 de agosto.
Ingredientes simples, la receta de la pasta alla Gricia
Para preparar la pasta alla Gricia (320 g de pasta, como rigatoni, mezze maniche o spaghetti), comienza por hervir una cacerola de agua. Mientras tanto, ralla gruesamente 100 g de Pecorino Romano D.O.P., sin hacerlo demasiado fino. Luego, corta 250 g de guanciale, quitándole la corteza y cortándolo en tiras. En una sartén antiadherente, sofríe el guanciale a fuego lento (sin añadir aceite, ya que su propia grasa es suficiente) hasta que esté bien dorado. Cocina la pasta al dente y mézclala con una cucharón de agua de cocción para que tenga una textura cremosa. Añade la pasta a la sartén, colócala de nuevo en el fuego y agrega otro pequeño cucharón de agua de cocción. Retira del fuego, luego agrega pimienta negra y Pecorino. ¡Un último revuelo, y la Gricia está lista para servir!