Preparación
Colocar sobre el fuego en una capaz olla abundante agua, salarla cuando hierve y, apenas empezará a hervir nuevamente, salcochar la pasta al dente. Mientras tanto preparar la bechamel: derretir sobre el fuego en una pequeña olla 50 gramos de mantequilla. Añadir primero la harina, siguiendo a mezclar para que no se formen grumos, luego la leche fría; luego llevar a ebullición la salsa, añadiendo otra leche si resultara demasiado densa; espolvorear con una pizca de nuez moscada rallada, salpimentar y quitar la salsa del fuego. Colar la pasta ya cocida, condimentarla con la bechamel y el queso de oveja y mezclar bien. Untar una fuente para el horno con la mantequilla, echar la pasta y cubrirla con el queso caciocavallo cortado en lonchas sutiles. Transferir la preparación en el horno precedentemente calentado a 200 °C y dejar gratinar para unos 10 minutos, hasta que resulte una corteza dorada en superficie. Después del tiempo indicado, deshornar y servir la pasta bien caliente en la misma fuente de cocción.