La historia

Desde 1886 hemos tenido una tarea importante: crear una pasta inconfundible con arte, continuando sin compromisos con una tradición. En 1831, Italia aún no estaba unida y Nicola Antonio De Cecco iniciò la actividad de molinero en Fara San Martino.

Hace más de cien años, en Abruzzo, empezaba una historia que, como cada gran hazaña, se basa en hombres y pasiones. Es la historia del Molino y Fábrica de pasta de los Hermanos De Cecco, que desde hace 130 años produce una pasta que es sinónimo de calidad y placer italiano en todo el mundo.
Las raíces de esta historia se remontan a los acontecimientos de Italia antes de la unificación, cuando en Fara San Martino, un pequeño pueblecito a los pies de la Majella, don Nicola De Cecco producía en su molino en piedra “la mejor harina del condado”.

Como pasaba desde hacía generaciones, también ” Tío Nicola ” trasmitió todo su arte y pasión a su hijo Filippo que de esta manera empieza un nuevo capítulo de la historia de la familia De Cecco, comenzando la producción de pasta: nace así el Molino y Fábrica de pasta de los Hermanos De Cecco. Estamos en 1886.
“La mejor harina del contado” empieza un largo recorrido que la llevará a ser una pasta de calidad superior.
Don Filippo Giovanni De Cecco, uniendo antiguas experiencias artesanales e intuiciones de ingeniería, realiza un nuevo modelo de secador a “baja temperatura”, superando así el límite que hacía que la producción dependiera de las condiciones meteorológicas.

Hasta aquel momento, la pasta siempre se había sido secado al sol, la única manera de garantizar una elevada calidad y conservabilidad del producto. Gracias a esta ingeniosa intuición De Cecco empieza a abrirse nuevos mercados, empezando el proceso de internacionalización de la empresa.
En 1908, la campesina de Abruzzo con los haces de trigo se convierte en el símbolo de la Empresa. Después de la segunda guerra mundial empieza una fase de crecimiento que llevará a De Cecco hasta su actual tamaño: la fábrica, destruida por los bombardeos alemanes, se reconstruye y empieza nuevamente la producción, cada vez más orientada hacia el mercado internacional.
Para apoyar este renacimiento productivo, en los años cincuenta se inaugura la fábrica de pasta de Pescara, que puede soportar el incremento productivo en aquellos años. En 1980 se inaugura en Fara San Martino una nueva y moderna unidad productiva, con una potencialidad duplicada, mientras que en 1985 la Empresa, para afrontar las nuevas exigencias del mercado, se prepara para un salto fundamental trabajando en la constitución de una red de venta propia.

Otra etapa fundamental se produce en 1986 con la constitución de la “Sociedad Aceitera”, el primer paso hacia la importante diferenciación de la gama de productos, que se ampliará más en 1993.

Los años noventa son los años de las grandes inversiones: se realiza el nuevo molino de Fara San Martino, caracterizado por una capacidad de elaboración de 11.000 quintales de trigo al día; en 1997 nace la fábrica de Ortona, ejemplo de modernidad y avanzada tecnología al servicio de la antigua tradición de la pasta.

Con el tiempo muchas cosas han cambiado: hoy la marca de la Empresa De Cecco es sinónimo de elevada calidad en el sector de la pasta de sémola y De Cecco es un grupo que posee una facturación que supera los 220 millones de euro, de los que más de un tercio se destina a la exportación.
Es inamovible, en cambio, la voluntad de transmitir, proteger y consolidar los principios productivos del Fundador: los mejores trigos, sémola fresca del propio molino, trefiladoras en bronce, secado lento a baja temperatura y un constante control de la calidad. Hoy como entonces todo nace de fuertes pasiones y de la obstinada búsqueda de la perfección en las que se traduce cada acción “firmada” De Cecco, de la pasta en adelante